Luis F. Colmenárez | LA PRENSA DE LARA.- Secos y sin esperanzas es como se encuentran alrededor de 100 familias del sector «La Escalera» de la avenida San Vicente, al oeste de Barquisimeto. Desde hace 28 semanas, habitantes de la zona sólo reciben aire por las tuberías desatando todo un padecimiento que los mantiene viviendo como camellos.
Héctor Seguerí comenta que la situación se les hace rara, pues mientras por un lado el gobernador de Lara, Adolfo Pereira, afirma que hay cuatro motores activos para distribuir el vital líquido en la entidad, la realidad de ellos es completamente distinta.
«Yo creo que hay alguna válvula que los trabajadores de Hidrolara en su afán por solucionar un problema, manipularon y terminaron dejándonos sin el servicio. Porque antes era fijo tener agua los lunes, miércoles y viernes», declara.
«Muchos lo que hacen es ir a casa de vecinos en las que sí llega el agua y conectan tubos o recogen pimpinas de cinco litros para intentar llenar una pipa», comenta Laura Sequera.
Los vecinos se han visto en la obligación de reutilizar el agua de la lavadora para bajar la poceta o regar las plantas.
En la zona también hay un centro de capacitación a cargo de monjas, donde las personas pueden acudir para recibir clases de corte y costura, peluquería, música y cocina, las cuales se vieron paralizadas durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus y ahora por la falta de agua.
«La ingeniera Sabrina Salvatrice, miembro de la directiva de Hidrolara, se molesta por las críticas a su gestión, pero son necesarias para que las cosas mejoren», dice Seguerí.
Pura hediondez
El colapso de aguas negras es otra problemática que agobia a la comunidad. Según comentan, la tubería matriz de las aguas servidas está vencida y amerita ser reemplazada.
«Cada vez que llueve las cloacas se desbordan y comienzan a brotar por el drenaje de las casas o por las pocetas, es horrible», expone Sequera.
Desde el 12 de octubre de 1961, el crecimiento de la comunidad Santa Isabel ha sido progresivo gracias a la constancia de vecinos dispuestos a poner manos a la obra o insistir en solicitudes a instancias gubernamentales, ahora festejan sus 63 años de fundada. El sentido de pertenencia prevalece desde la primera asociación de vecinos, la que actualmente es reforzada por el trabajo de 1.200 familias. Aspiran la construcción de otro ambulatorio, créditos para tanques, bacheo en la vía principal, mantenimiento de pasarelas y limpieza del Dren X