William Croes | LA PRENSA.- Comerciantes y usuarios juegan a la papa caliente con los billetes de baja denominación. La pérdida de valor de la moneda en el país ha llegado a un punto que hasta los cajeros de la banca pública y privada le pone mil obstáculos a las personas que van cargadas con un fajo de sencillo para depositarlos en sus cuentas.
El manejo de billetes de Bs. 2, 5 y 10 es cada vez más limitado. En Barquisimeto hay más bodegas que exhiben cartelones en sus fachadas donde informan a sus clientes que no reciben pagos con ciertas denominaciones porque se les complica hasta para darlos de vuelto y porque valen tan poco que la gente prefiere que le den un caramelo.
Ana Zambrano, una señora que tiene una bodega en Ruiz Pineda, expresa que desde que puso un aviso para no aceptar los billetes se ahorró un dolor de cabeza. “Me venían a pagar con estos billetes y luego no tenía en qué utilizarlos porque ni el chofer del rapidito me los aceptaba”, detalló.
La pérdida del poder de la moneda viene ligado al proceso inflacionario por el cual atraviesa Venezuela, en el cual muchos especialistas indican que para fin de año y comienzos del 2017 se llegue a una hiperinflación o inflación de cuatro dígitos. “Los precios de los productos, bienes y servicios se han incrementado y cada vez se requieren billetes de alta denominación para hacer las transacciones”, explica Julio Ortiz, docente de economía de la Universidad Yacambú.
Al paso que va la inflación hasta el billete de Bs. 100, que es el de mayor denominación, no alcanza para mucho y eso se refleja en cualquier compra, por ejemplo: para comprar un kilo de carne se necesitan tener como mínimo 30 billetes de dicha denominación, cuando en el 2008, fecha en que entró en vigencia el nuevo cono monetario se requería un billete de 50 bolívares.
Quienes manejan billetes de baja denominación reclaman que hay bancos que no aceptan los depósitos de los mismos. Los cajeros apelan a “una tal resolución emitida por el Banco Central de Venezuela” que los autoriza a no recibir el sencillo, pero es nula, asegura Ortiz.