Isabella Delgado | La Prensa.- Producir y vender uniformes está tan difícil como encontrar la plata para comprarlos. En el mercado no hay variedad de telas, la calidad textil ha bajado y hay problemas para encontrar insumos tan indispensables para la producción como los botones.
Quienes se ganan la vida vistiendo a escolares se sienten acorralados. Por un lado se enfrentan a la escasez y aumento desmesurado de telas e insumos, y por el otro tienen la necesidad de vender uniformes a pesar del declive de la calidad.
Luz Gutiérrez, trabajadora de una venta de uniformes, explica que la tela beige para las camisas de educación diversificada no volvió a aparecer, al igual que la tela fiperchada para confeccionar monos de deporte, conocida por tener textura peluda.
“Es difícil hasta conseguir cuellos del mismo tono de azul. No se consigue gabardina, pero la que hay dicen que bota azul cuando se lava”, cuenta, desde la tienda al este de Barquisimeto.
Tina Fernández, dueña de una tienda del centro, cuenta que la empresa que confecciona los pantalones lleva tres meses esperando por cierres para poder terminarle un lote de pantalones que ordenó.
Otro de sus distribuidores lleva cuatro meses con un lote de camisas cortadas. No las han terminado porque no tienen botones.
“Además, como en cualquiera de los comercios, también nos aumenta todo. Los servicios, la papelería. Eso la gente no lo entiende”, acota.
La guinda del pastel es la inflación, el incremento de precio. Gutiérrez explica que una chemise que costaba el año pasado Bs.1.500 ya va en los Bs. 4.500. Un mono de deporte pasó de Bs. 1.800 para montarse en los Bs. 5.000.
Comerciantes aseguraron que han notado que la temporada escolar, que iniciaba entre junio y julio, se adelantó a mayo. Los padres empezaron a comprar parte del uniforme poco a poco, con incertidumbre, pues no saben que tipo de uniformes se encontrará en los próximos meses y a qué precios.
Pero madres como Yelitza Guarecuco optarán por no comprar uniformes. La habitante de Bobare y madre de tres niños en edad escolar opina que están muy caros y ya no tienen la misma calidad de antes.
“Les mandará a arreglar los uniformes, se pintarán, no sé, pero no tengo plata para vestirlos a los tres”, dijo con resignación.