Osman Rojas | LA PRENSA.- Pabellones inactivos, intermitencia en la distribución de anestésicos y falta de relajantes musculares en el mercado son factores determinantes para que el Antonio María Pineda de Barquisimeto se haya convertido en un “hospital de emergencias”.
Hasta el 31 de agosto del presente año en el principal centro médico de la región se habían realizado un total de 8 mil 188 intervenciones, de las cuales 6 mil 419 fueron de emergencia y tan sólo mil 769 operaciones fueron electivas, esto según datos suministrados por el Hospital Central.
Marcial Daza, director del Antonio María Pineda, contó que en la actualidad el hospital está en un 70 % de operatividad y lamenta que la crisis limite la labor de los profesionales en las instituciones de salud.
“En este país no hay nada y uno debe aprender a priorizar las emergencias. Durante todo el año hemos presentado problemas con la dotación de anestésicos y eso nos afecta notablemente”, sentenció Daza.
El director del Hospital Central resalta que anestésicos como el Esmeron (solución inyectable usada a la hora de realizar intervenciones quirúrgicas) ha desaparecido del mercado nacional lo que obliga a las instituciones médicas a “cuidar” lo que les llega.
“No hay plata para importar medicamentos y esa es una realidad. En Venezuela no producimos lo sufiente para darle respuesta a la demanda nacional y eso nos pone contra la pared”, lamentó el especialista.
Los pacientes que más sufren con esta situación son los del área de traumatología quienes deben esperar hasta 3 meses para ser operados. Julieth Castro, hija de un señor de 43 años hospitalizado en el Antonio María Pineda desde hace tres semanas porque se cayó de una moto, relata con impotencia cómo han “peloteado” a su padre para no operarlo.
“Cada día nos dicen algo diferente, cuando no es el cirujano que se fue de vacaciones son los pabellones que están ocupado. Aquí nos pidieron de todo para operar a mi papá y cuando por fin lo conseguimos, nos dicen que sigamos esperando”, dice Castro, quien añade que “si llega un baleado de Uribana paren los insumos y habilitan los pabellones”.
Según cuenta Castro, en el área de traumatología hay 25 personas esperando para ser intervenidas. “Aquí la gente espera hasta 3 meses por una operación ese es el consuleo que nos dan”, lamenta.
Jesús Guarecuco, residente del área de cirugía del Hospital Central no negó esta situación y afirmó que el gran responsable de esta situación es el Gobierno nacional. “Si no mandan insumos para poder operar a los pacientes cómo trabajamos”, cuestionó el especialista.