María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- La solidaridad no deja de estar presente en Venezuela, aun cuando los tiempos de crisis son cada vez más fuertes. Y es que quienes tienen como filosofía de vida ayudar al prójimo, aseguran que «una acción vale más que mil palabras».
En el país, Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y fundaciones se han dado a la tarea de accionar ante la emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela ayudando con entregas de alimentos, medicamentos y brindando asesorías a niños, jóvenes y adultos en situación de vulnerabilidad, una responsabilidad que debería ser prioridad para el Gobierno nacional.
Quienes forman parte del voluntariado en estas organizaciones, aseguran que la motivación viene desde el apoyo que brindan muchos para lograr solventar algunas de las necesidades de la gente, están conscientes que muchas de sus actividades se quedan cortas para la cantidad de personas en situación de vulnerabilidad, pero la satisfacción de poder ser partes de la solución no les permite desmayar.
Yonaide Sánchez, sociólogo y coordinadora de Transparencia Venezuela, Capítulo Lara, explicó que estas organizaciones accionan ante el abandono del Estado venezolano con respecto a sus obligaciones. «Se van formando tejidos sociales y se encargan de suplir esas necesidades urgentes de la gente«.
En Lara muchas de estas organizaciones siguen trabajando a pesar de las dificultades, esas que superan, sobre todo hoy que se conmemora el Día Internacional de la Solidaridad. La Fundación Amigos del Niño con Cáncer (Fanca) agrupa a 200 niños de diversas regiones del país para ayudarlos a costear su tratamiento, también apoyan a familiares. Fátima de Pereira, presidenta de Fanca, explicó que se trata de un trabajo empático y solidario. «Hay ocasiones que decimos que no podemos más, nos pasó mucho durante la llegada de la pandemia porque no recibíamos ayudas, pero es gratificante esforzarnos y seguir».
Precisa que hoy cuentan con un voluntariado juvenil de 25 personas que aportan ideas y los ayudan a canalizar todas las actividades. «Hacemos carreras, caminatas y diferentes actividades para que las personas se distraigan, pero también con eso buscamos ingresos para los niños«.
En el caso de la Fundación Sólo Faltas Tú, atienden a personas con Condición Espectro Autista, principalmente a aquellos con dificultades para costear terapias y medicamentos. Angélica Torres, miembro de la Fundación, explicó que ellos tienen censados 300 niños, de los cuales 85 son de bajos recursos. «Ellos no sólo reciben la ayuda de terapia y medicamentos, también reciben alimentación», dice.
Torres explica que no sólo se trata de una atención para los niños con autismo, sino que la idea es trabajar con el entorno, «es decir, con la familia, la escuela y demás zonas, porque todavía hay muchos prejuicios y ellos sufren hasta de bullying«, a través de sus 25 voluntarios intervienen estos entornos. En cuanto a las ayudas, algunos niños son apadrinados; sin embargo, ellos también realizan diferentes actividades y buscan ingresos para continuar.
Yonaide Sánchez, sociólogo, explicó que todas estas organizaciones se centran en brindar atención en aquellas zonas de mayor carencia en el país, por ejemplo, dan prioridad en el tema de la salud, seguridad social, alimentación, educación y hasta en los servicios públicos. «La gente tiene unas condiciones de vida muy precarias y severas, y los salarios cada vez se desploman».
Yuyita de Chiossone, miembro del Banco de Sillas de Ruedas (Bandesir), detalló que hace 10 años ellos podían ayudar hasta 80 personas con discapacidad con donaciones en calidad de comodato, es decir, prestar por un tiempo determinado las sillas de ruedas, bastones, andaderas y otros elementos importantes para la modalidad, pero hoy ante la baja donación en ocasiones logran atender entre una o dos personas al mes.
«Seguimos trabajando, en esta oportunidad tenemos una lista de espera de cinco personas y sólo tres de ellas podrán ser ayudadas», dice. Explica que a pesar de la baja en donaciones mantienen la esperanza de que más personas se seguirán sumando a la labor que impulsa la solidaridad para extenderse aún más y no dejar a ninguna persona con discapacidad por fuera. «La idea es atenderlos a todos y de todas las maneras posibles».
El poco acceso a los productos alimenticios es uno de los problemas que más golpea a la población venezolana que debe luchar con un salario desvalorizado para intentar calmar el hambre. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, presentada por la UCAB (Encovi), la pobreza en Venezuela durante el 2021 se mantuvo en «niveles máximos posibles de 94,5%», mientras que la pobreza extrema sigue creciendo y abarca dos tercios de los hogares del país, con un 76,6%, un alza de 8,9 puntos, desde los 67,7% en que se ubicaba en el 2020.
Y es que el alto costo de la canasta básica hace que sean pocas las personas que pueden acceder a una dieta balanceada, y que incluso puedan cubrir tratamientos médicos. Ante esta premisa, las ONG e incluso iglesias de distintas denominaciones ofrecen un plato de comida a estas personas en condiciones vulnerables.
En la Ciudad de los Muchachos, conocida como «Paquita», atienden a personas de la tercera edad dándoles un plato de comida todos los días. Al pasar por la carrera 13 con calle 42 y 43 se puede ver una larga fila de personas esperando. Mientras que desde el Proyecto Juvenil Misionero, ubicado en la carrera 18, esquina de la calle 30 mantienen activo un comedor, donde ofrecen almuerzo a quienes llegan. Todo a través del trabajo de voluntarios, adicional ofrecen consultas médicas y atención psicológica.
Adultos mayores
La organización civil Convite se encarga de atender a los adultos mayores en estado de vulnerabilidad. En lo que va de año han brindado apoyo al menos a 6.000 personas con tratamientos médicos, además de lentes y kit de proteínas. «Hay mucha desigualdad en Venezuela y hay que desmontar esa teoría que el país se arregló porque no es así«, dijo Luis Francisco Cabezas, director de Convite. La Fundación Amigos del Paciente Renal (Fundaprel), se encarga de asesorar y acompañar a pacientes renales.