Jennifer Orozco- LA PRENSA de Lara.- Andreína Coromoto Rodríguez Manzano (21) a quien ahora llaman la «Sayona de Sanare«, supuestamente interrumpió su embarazo de 32 semanas tras tomarse una pastilla y luego de parir a un bebé muerto, decidió enterrarlo. Fue detenida en el Hospital de Sanare por funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc Lara.
Según habitantes del caserío Bojo, municipio Andrés Eloy Blanco, donde vive Andreína con su papá y su tía, la muchacha estaba embarazada de un hombre que no era su pareja y nadie sabía. El miércoles de la semana pasada presuntamente decidió tomarse una pastilla llamada Citotec, que induce a contracciones uterinas y puede causar aborto.
Dos días después, el viernes a eso de las 5:00 de la tarde, fue que Andreína comenzó a sangrar y a presentar dolores. Estaba en su casa cuando expulsó a un bebé de 2 kilos 950 gramos y 47 centímetros aproximadamente, completamente formado y de sexo masculino.
Cuando llegó el papá de Andreína a la vivienda, supuestamente, la encontró ensangrentada y con «cólico». Ella tuvo que contarle lo que había pasado y le mostró al bebé, al cual presuntamente decidieron enterrar a unas 3 cuadras de su casa, en un terreno baldío.
El sábado llegó la tía de la mujer a la casa. Al ver a su sobrina «enferma» le preguntó qué le pasaba y tras saber el cuento les dijo que eso estaba «mal» y que debían desenterrar al bebé y llevarlos a ambos al Hospital de Sanare. Andreína no dijo nada al llegar al centro medico, sólo esperó que la atendieran en emergencia.
Supuestamente, tras ser ingresada, fue que contó que había «perdido» al bebé. Las doctoras y enfermeras no le creyeron, pues veían que era un niño muy bien formado. Andreína presuntamente contó que no se había hecho controles y que había escondido el embarazo por ser «no deseado».
Los «petejotas» llegaron después de que trabajadoras del hospital denunciaran. Presuntamente en ese momento fue que Andreína contó que se había tomado la pastilla para «abortar» y narró todo lo sucedido.
Tanto el papá, como la tía de Andreína, tras ver la molestia de los vecinos que se habían enterado del cuento y que nombraron a la mujer como la «Sayona de Sanare«, dijeron que desconocían que la muchacha estuviese embarazada, pues ella nunca dijo nada y no sabían quién era el padre del bebé.