Gabriel Grisanti | LA PRENSA.- Sentado ayer en el porche de la vivienda que les quedará como patrimonio luego de la precipitada e indolente muerte de su madre María Isidora Pérez González, de 66 años, en la carrera 10 entre carreras 8 y 9 del sector La Playa de la comunidad Santa Isabel, José Luis González (42) decía que apenas salió del Edificio Nacional el pasado día 13 elevó su mirada al cielo, y pensó internamente: “Mamá, se hizo justicia”.
Á él aún le cuesta digerir el hecho de que su padre, José Nicolás González (68) permaneció un año privado de libertad en el Internado Judicial de San Felipe, conocida como “La Cuarta” por haber asesinado a su madre el 29 de febrero de 2016.
Después de haber cometido el crimen, la enterró en el patio de la vivienda. El pasado lunes, José Luis llegó alrededor de las 10:00 am al piso 2 del Edificio Nacional, debido a que a esa hora había quedado fijada la audiencia preliminar de su padre.
Sin embargo, no fue sino hasta la 1:30 pm que inició el acto judicial, y cuando faltaban cinco minutos para las 2:00 pm, supo que a José Nicolás le toca pagar condena de 20 años en el Centro Penitenciario “Sargento Primero David Viloria”.
Con rostro abrumado, José Luis expresaba que ese día “no me dejé ver por él cuando pasó a la sala para su juicio oral. No quiero revivir esos momentos, incluso esquivé mi mirada para no sentir más impotencia por lo que pasó”.
El hombre, uno de los cinco hijos que tuvieron José Nicolás y María Isidora producto de una unión sentimental de 44 años, aún consciente que no se trata de un asesino en potencia, sino de su propio padre, expresa que la condena de 20 años “no va a exculparlo de lo que hizo. Al menos se logró que terrenalmente se hiciera justicia, porque él se entregó y facilitó las cosas”.